Europa y la Virgen María
1.- Me comentaba aquel veterano piloto de la compañía aérea “Iberia” –un piloto civil que conservaba el espíritu militar aprendido en la Academia de San Javier- que sobrevolar todos los días las viejas tierras de Europa suponía una reafirmación de su fe en la Virgen María, inculcada por sus padres en su alma de niño y confirmada desde la libertad en su condición de persona adulta. Desde los cielos, todos los días tenía la grata ocasión de saludar a la Virgen en cientos y cientos de advocaciones que los europeos a través de los siglos le habían dedicado en ermitas, iglesias, catedrales, santuarios, en las ciudades de lustre o en las pequeñas villas ignoradas que la habían elegido como patrona.

José María Pemán y Pemartín. Escritor. Director de la Real Academia de la Lengua. Un busto suyo colocado apenas hace un año en el vestíbulo del Teatro Principal de Jerez ha sido retirado con motivo del acuerdo municipal promovido por doña Ana Fernández, concejala comunista. Este rencor histórico de cierta izquierda es el cuento de nunca acabar. Ya está bien. Si dependiera de esta mujer, los talibanes de Afganistan y los fanatizados milicianos del Ejército Islámico quedarían reducidos a simples aprendices de la intolerancia y del fanatismo.