MURIÓ HACE 50 AÑOS
Hace algo más de medio siglo, cuando me encontraba al comienzo de mi carrera diplomática, recuerdo una conversación que mantuve con un buen amigo secretario de la Embajada de Estados Unidos en Madrid.
Me decía aquel compañero, con una mezcla de alborozo y de pesar que en aquellas fechas del año -nos encontrábamos a comienzos de abril- empezaba a trabajar para sí mismo y para su familia ya que hasta entonces, es decir durante los tres primeros meses del año, había trabajado para el gobierno al que entregaba su sueldo en forma de impuestos.
