Educación cristiana
Europa se cimenta en tres civilizaciones: la griega, la romana y la cristiana. Coinciden hasta pensadores ateos. Hemos bebido de Atenas, Roma y Jerusalén, o como han expresado algunos autores de tres “colinas”: Acrópolis (racionalismo), Capitolio (derecho) y Gólgota (cristianismo). Es cierto que ahora nuestra civilización se tambalea, por nuestra debilidad y por la influencia de otras culturas y religiones.
Pese a esta herencia, hay una crisis de la identidad europea, como señaló en diversas ocasiones el papa Benedicto XVI, que se nota especialmente en España. Nuestro arte, nuestra literatura, nuestra arquitectura y toda nuestra cultura deben al cristianismo su belleza y su arraigo. Basta ver en cada pueblo el edificio más grande, en el centro de minúsculas poblaciones, iglesias que refrendan nuestra historia, y ermitas que jalonan caminos y senderos, abarrotadas en las fiestas populares, con devoción secular. Nadie obliga y las procesiones son un reflejo de nuestra historia y tradición.
