Campaña contra Cañizares
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, está sufriendo una campaña desproporcionada, inaudita, por sus palabras en defensa de la familia, de la doctrina de la Iglesia. La presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, la ha calificado como “impropia”, defendiendo la libertad de expresión del prelado para defender unos valores, como otros lo hacen al defender los suyos.
El PSPV promovió una reprobación institucional en las Cortes, aunque me parece que no lo ha hecho por iniciativa propia, sino para contentar a sus socios de gobierno, una vez más. La presión puede haber venido de Mónica Oltra, vicepresidenta y consellera de Igualdad, que por la materia que ha tratado el arzobispo puede haber soliviantado a la consellera de Igualdad, mucho más radical que los socialistas. Compromís y Podemos han “cargado” contra Cañizares.

1.- Me comentaba aquel veterano piloto de la compañía aérea “Iberia” –un piloto civil que conservaba el espíritu militar aprendido en la Academia de San Javier- que sobrevolar todos los días las viejas tierras de Europa suponía una reafirmación de su fe en la Virgen María, inculcada por sus padres en su alma de niño y confirmada desde la libertad en su condición de persona adulta. Desde los cielos, todos los días tenía la grata ocasión de saludar a la Virgen en cientos y cientos de advocaciones que los europeos a través de los siglos le habían dedicado en ermitas, iglesias, catedrales, santuarios, en las ciudades de lustre o en las pequeñas villas ignoradas que la habían elegido como patrona.