La dictadura de los inasimilables
1.- Hechos reales como la vida misma. La ley reconocía a los padres el derecho natural de elegir el tipo de enseñanza para sus hijos -en castellano o en valenciano-. Bastaba con manifestarlo en los boletines de preinscripción de los colegios. Hecha la ley hecha la trampa. Las normas no se colocaban en la cartelera de avisos de aquel centro escolar hasta después de iniciadas las vacaciones de verano. Según las bases, el padre que no pedía la línea en castellano automáticamente el hijo quedaba matriculado en la línea del valenciano. Es un hecho real que sucedía en un colegio de Castellón, controlado herméticamente por una minoría fanática de profesores nacionalistas.