CARMEN BELENGUER
Corrían los últimos años del siglo pasado y me encontraba yo a la sazón como embajador ante la Unión Europea Occidental en Bruselas cuando recibí una llamada telefónica de doña Carmen Belenguer, presidenta del Aula cultural Isabel Ferrer de Castellón, de la que tenía referencias elogiosas cuando cada verano pasábamos nuestras vacaciones en Benicàssim.
Doña Carmen me propuso dar una charla en el Aula en algún momento en que me encontrara en España. Acepté gustosamente y aquella fue la forma en que empezó una larga amistad entre nuestras dos familias, los Babiloni-Belenguer y los Fuentes-Leja.