La familia
1.- Procede de Kenia. Al parecer pertenece a la noble y aristocrática tribu de los masai. El color de su piel es intensamente negro. Tiene unos ojos grandes y hermosos que ennoblecen sus facciones africanas. No sé como se llama, pero sé que se gana la vida de vendedor ambulante. De vez en cuando acudia a “La peonza”, en la calle Peñíscola y la dueña, Juani, le obsequiaba con algún refresco y con un ratito de acogedora conversación. ¿Y saben de que le habla este joven masai a Juani?. Le hablaba con una gran añoranza de su familia, de su madre y de su padre, y de sus hermanos. Y le contaba que su gran ilusión es ganar el dinero suficiente para aliviar la pobreza de su familia.

Los profundos cambios que está experimentando nuestra sociedad se extienden a todos los ámbitos, y uno de ellos es el de la infancia. Los niños de hoy son, por supuesto, muy distintos a los de antes porque el contexto social y cultural es también muy distinto; pero de lo que no nos damos cuenta es de algo mucho más grave: en nuestra sociedad, el concepto y realidad de la infancia está desapareciendo. Por más que su edad nos diga lo contrario, los niños de nuestra sociedad ya no son niños, porque su forma de comportarse no se corresponde al estereotipo de la infancia que siempre hemos conocido. Lo propio de la infancia, su principal signo de identidad, es la inocencia, y es esto precisamente lo que está desapareciendo del alma de nuestros niños. El sociólogo americano N.