Hace treinta y tantos años, el genial realizador Luis G. Berlanga se adelantó a un fenómeno que el sanchismo ha conseguido convertir en realidad: algunos de los principales miembros de ese partido y, lo que es más importante, los tres únicos compañeros de viaje del Peugeot, se encuentran (o se encontrarán) en la cárcel de Soto Del Real.

Parece que fue ayer pero hace ya 142 días, en pleno verano, cuando Santos Cerdán entró en prisión que solo provisionalmente acaba de abandonar para hacer sitio a Ábalos y a Koldo. Las penas que se piden para ellos rondan los 20 años, prácticamente toda una vida y aunque no es previsible cumplan tan largos períodos de trena, una buena temporada en ella no se la quita nadie.

Soto Del Real se considera una prisión VIP, por la que ha desfilado lo más granado de la política española como Rato, Bárcenas, Correa, "El Bigotes", Junqueras, Turrull y un largo… Aunque dispone de biblioteca, gimnasio y suficiente intimidad, estar en prisión no debe ser en ningún caso una experiencia agradable. Solo la idea de compartir una noche en un pequeño espacio con los ronquidos de Koldo y cenar dos huevos duros con arroz blanco ya preludia tiempos difíciles.

No deseo la cárcel a nadie pero cuando repaso las hazañas cometidas por quienes fueron compañía indispensable para la recuperación de la secretaría del PSOE para Sánchez, la victoria de la moción de censura a Rajoy y la entronización en la Moncloa para su compañero del Peugeot, con el destrozo que este gobierno está causando a España desde que accedió a La Moncloa en 2018, todo parece bien merecido.

Hasta este momento Ábalos y Koldo se habían mantenido en un prudente silencio, sin tirar de la manta sino más bien refugiándose cálidamente bajo ella. El discreto escaño en el Congreso para Ábalos más algún que otro elogio regalado por el Presidente en recuerdo de los buenos tiempos, mantuvieron las aguas tranquilas.

El ingreso en prisión está cambiando el ambiente. Nadie duda que esta pareja sabe mucho; muchísimo. Incluso Koldo, no solo lo sabe sino que lo tiene grabado siguiendo aquella indiscreta manía suya.

Veinte años de cárcel cuando ya se han rebasado los sesenta, son muchos años y prácticamente te garantizan acabar entre rejas este valle de lágrimas. Ni uno ni otro parecen dispuestos a pasar la pena en solitario. El ex Ministro ha empezado a largar apuntando a Begoña, lo que más duele a Sánchez y su implicación en el rescate a Air Europa. Koldo se siente humillado porque Sánchez lo ignora después de la larga temporada compartiendo receptáculo en el Peugeot y otros trabajos ulteriores.

Entre uno y otro, sumados a lo que pueda seguir aportando Aldama y Cerdán mas los eficaces trabajos de UCO, el panorama para el gobierno Frankenstein, en clara minoría parlamentaria, con el poder judicial sin complejos y la prensa independiente muy activa, las cosas se ponen muy difíciles.

Lo más llamativo es que el sanchismo sigue defendiéndose como gato panza arriba, empeñándose en negar lo innegable, resistiéndose a echar la toalla, dimitir y convocar elecciones.

Veremos hasta donde alcanza esa resistencia pero nunca habíamos visto tan cerca el final del sanchismo.

Imágenes: Infoprisión, EL PAÍS