MAREA AZUL
Usted recuperó ayer su confianza en el género humano en general y en el votante español en particular. Ayer la derecha propinó un contundente castigo a la izquierda Frankenstein.
Usted había repetido un millón de veces que los errores y los horrores cometidos por el gobierno de la nación iban a ser severamente penalizados por los votantes y usted insistía en que el ciudadano tiene memoria y que cada voto introducido en las urnas iba a ser un bofetón que los disparates de los gobiernos nacional, autonómico y municipal le habían hecho tragar.
Pero usted no estaba muy seguro de que iba a ser así. Se temía que las tómbolas del Presidente, que sus leyes “progre”, que sus paseíllos saludando a los grandes de este mundo, que sus parrafadas en un aceptable inglés, que sus presidencias de la OTAN y luego de la UE, que sus arrumacos con la presidenta de la Comisión Europea, iban a encandilar al distinguido público y que saldría bastante bien parado de esta prueba autonómica y municipal.