Cauces y barrancos
Las inundaciones de Valencia requieren una inmensa tarea de reconstrucción. No debe quedarse en un debate solamente político, poniendo más en la diana a Pedro Sánchez o a Carlos Mazón, o a los dos. Pensamos que todo se debe a los gobernantes, y eso es claudicar como sociedad civil. Manifestaciones y votaciones no deben esconder nuestro deber de todos los ciudadanos de participar, contribuir y arrimar el hombro más.
Hay otros responsables o puede haberlos, y es preciso despejar esa incógnita para que no se repitan errores. No basta con invocar unas lluvias excepcionales. Hay que prevenir mediante un urbanismo responsable evitando la inseguridad de barrancos y zonas inundables: es evidente: ayuntamientos y gobiernos deben reflexionar.
No basta tampoco con las explicaciones que va dando la Confederación Hidrográfica del Júcar: todo se hace bien, según la Confederación. Asombroso, porque había quejas de muchos ayuntamientos pidiendo la limpieza de ríos y barrancos, sobre todo el río Magro y el barranco del Poyo. Ha de dar explicaciones la ministra Teresa Ribera.