La llengua valenciana y la montaña de Gales
La pasada semana se reabrió el viejo debate sobre la lengua valenciana. Hemos oído a numerosas personas entrar a valorar si el valenciano es una lengua o, por el contrario, es una variedad dialectal del catalán. En España todo el mundo puede hablar (y habla, claro) de tres cosas: política, fútbol y valenciano. Tertulianos, el vecino de arriba, el alcalde de turno o el portero de la discoteca de Cella comentan y discuten (opinan) sobre el tema sin sonrojarse, sin tan siquiera disponer de una referencia bibliográfica y asumiendo como dogma de fe lo que los voceros del entorno pregonan a los cuatro vientos desde diversas publicaciones (subvencionadas), claustros (dirigidos) y micrófonos (interesados).

Ahora las cosas son diferentes. Para ayudar a los huérfanos de militares, que de por sí ya sufren un gran trauma en su vida con la pérdida de su progenitor, el Patronato de Huérfanos ya no les ofrece un colegio donde seguir sus estudios, muchas veces lejos del hogar familiar. En la actualidad, les ayuda mediante unas prestaciones económicas según los estudios que cursan y sus vicisitudes personales. Pero durante muchos, muchísimos años, se les ofrecía ingresar como alumnos, normalmente internos, en colegios de huérfanos adquiridos y mantenidos con las aportaciones de todos los militares y alguna que otra donación o subvención de egregios benefactores.