Hasta 19 drones cayeron el miércoles en tierras polacas procedentes de Rusia. No es la primera vez que ocurre. Una de las anteriores había pasado a escasos kilómetros de la frontera y causó víctimas accidentales. En esta ocasión las bombas cayeron algunos kilómetros en el interior del país, destruyeron una vivienda, pero no causaron víctimas mortales.
¿Qué significa esta agresión? ¿Estamos ante un incidente involuntario, ante una agresión en toda la regla o ante un diabólico ensayo del malvado Putin para testar el grado de reacción de la OTAN?
El incidente no nos ha sorprendido. Hace unas semanas ya advertimos que uno de los siguientes pasos de Rusia sería precisamente el que acaba de ocurrir: una leve incursión en algún país vecino, probablemente alguno de los bálticos que cuentan con fuertes minorías rusas y que hasta hace poco estaban integrados en la Unión Soviética.
No se sabe si fortuitamente o de forma muy calculada, los drones han ido a parar a Polonia, el país más importante, más poblado y más fuerte de la región; el que posee el ejército mayor del antiguo Pacto de Varsovia.
La reacción occidental podía hacerse recurriendo ya fuera a la OTAN, a la Unión Europea o a la ONU. Las tres Organizaciones fueron puestas en acción, en particular la Alianza Atlántica.
Dentro de ella fue el más moderado artículo 4 -consulta entre los aliados- el que se puso en funcionamiento y a su vez éste decidió no movilizar el artículo 5, que involucra a todos los estados miembros en el caso de agresión contra uno de ellos, tomando las medidas que cada país juzgue necesarias.
Las tres Organizaciones respondieron de forma semejante a la agresión rusa. Como es lógico, fue la OTAN la que tomó medidas preventivas más concretas. El "Centinela oriental" conlleva un reforzamiento de la presencia militar cerca de los países más próximos a Rusia, Bielorrusia y Ucrania, particularmente porque en estos mismos días, los dos primeros están operando unas maniobras militares que vendrían a simular una agresión en toda la regla a los países de la zona miembros de la UE y de la OTAN.
Los estudios llevados a cabo sobre la veintena de drones, no dejan lugar a dudas, tanto respecto al origen de los mismos como a su intencionalidad. No se consideró un acto de agresión con el propósito de iniciar un conflicto con Polonia, pero si una forma de tantear cuál sería la reacción del país receptor de los drones y también de sus aliados en la OTAN y en la Unión.
Rusia no habrá quedado defraudada de los resultados de su ensayo. Occidente ha respondido de forma unánime, pero lo ha hecho con poco más que palabras. El muy determinante artículo cinco no entró en acción. No estamos ante una guerra. La propia respuesta norteamericana fue más que ambigua: "¿Rusia está lanzando drones sobre Polonia? ¡Allá vamos!". Pero no vinieron. Trump recibió tanto al presidente polaco Nawrocki como al Primer Ministro Tusk con lo que el vacío creado en agosto con la reunión europea en Washington en la que Polonia no fue invitada, queda ahora subsanada.
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.