Yo he sido espiado
No sé a ustedes pero a mí todo este asunto de los espías de Pegasus me parece un tanto inflado. Es como cuando el comisario de “Casablanca” se escandaliza de que en la bien conocida timba del Café de Ricky “se jugaba”.
Y me hace recordar con nostalgia cuando en un país comunista, el Embajador y yo, procedentes ambos de una misma región, hablábamos en un valenciano roto para intentar confundir a los escuchas locales. O cuando nos encerrábamos en un baño con los grifos abiertos para distorsionar el sonido de los micros que -dábamos por sentado- estaban por todas partes en la Embajada. O mejor aún, cuando aconsejados por nuestros Servicios, salíamos al jardín para tratar de los temas más delicados.