LEÓN XIV

Una vez más los vaticanistas no han acertado. El Cardenal Robert Prevost Martínez no figuraba entre los candidatos más destacados -donde aparecían un húngaro, un filipino, un par de italianos- y sin embargo su nombramiento se alcanzó con gran rapidez y aparente facilidad en la cuarta votación del Cónclave.   Y lo que es más importante, la gran mayoría de la cristiandad no hace sino alabar el gran acierto de haber escogido a este Cardenal, un estadounidense de aluvión, de origen francés -Prevost- y español -Martínez- natural y residente en Chicago, una gran ciudad que atrajo a muchos inmigrantes -es la segunda más  grande de Polonia, con 1,5 millones de polacos-.

Un Papa con la edad adecuada -69 años- lo que le permitirá Dios mediante un papado suficientemente lago de tres o cuatro lustros. Un Papa con una vasta formación intelectual -licenciado en Matemáticas, en Teología y en Derecho Canónico- .Políglota. Un religioso de la Orden de los Agustinos, con experiencia misionera en Perú donde pasó veinte años de su vida y donde llegó a ser Obispo. Con un buen conocimiento de la maquinaria del Vaticano donde ha ocupado el Dicasterio para los Obispos.

Y un Papa que alcanza la cumbre de la Iglesia sin fuertes compromisos con su predecesor de quien no adoptó su nombre ni tampoco el ascetismo de su vestuario. Me atrevo a decir que no mantendrá la residencia de santa Marta y que se trasladará al Palacio Apostólico donde han vivido todos los Papas del siglo XX y XXI antes de Francisco.

Escogió el nombre de León cuyo último homónimo -León XIII- inspirador de la importante Encíclica Rerum Novarum supo analizar las "nuevas cosas" que llegaban con la revolución industrial, defendiendo los derechos de los obreros y de los más necesitados.

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En su largo discurso inaugural hizo una breve e inevitable referencia a Francisco, pero sin insistir en su legado ni comprometerse más allá de lo que ha sido la doctrina de la Iglesia desde el nacimiento del cristianismo que nunca ha dejado de atender prioritariamente a los desasistidos.

Un Papa estadounidense es una muy buena elección. Se trata de un Pontífice periférico pero no tanto. Occidental pero sin tener que caer en lo que hubiera supuesto alguno de los candidatos italianos, como Pietro Parolin, Secretario de Estado con Francisco, que hubiera supuesto un continuismo excesivo.

Es muy importante que aparezca en el escenario norteamericano impregnado hoy por la única presencia arrolladora de Donald Trump con quien tendrá que entenderse de igual a igual y que en esos entendimientos, confiemos modere los ímpetus del Presidente; aunque las discrepancias se presentan inevitables en materias de migración.

Desde el mundo de habla hispana no debemos insistir en la latinidad de León XIV. Es conveniente que haya tenido una gran experiencia misional como también que haya podido conocer a fondo las interioridades de la Curia romana.

Pero lo que le dará singularidad es el hecho de ser norteamericano, no peruano. Me atrevo a decir que un Cardenal peruano después de otro argentino, no hubiera podido alcanzar el Papado.

Imagen 1: WhatsApp. El nuevo Papa en Sant Mateu (Castellón) visitando a las Monjas Agustinas hace 4 años cuando era Superior de la Orden.

Imagen 2: OKdiario.com

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.