CONSCIENCIA IDENTITARIA DEL VALENCIÀ front al Català, ahir i hui

Es curios com s’apela a la ciencia per a explicar quasi qualsevol cosa. Ultimament, sobre tot els politics, recurrixen ad ella en massa freqüencia: “Aço está cientificament demostrat”; “ho avalen els cientifics”; “el mon cientific ho te superat”; etc. No entrare a analisar els curricula d’eixos cientifics, ni la definicio del terme. Pero, si que m’agradaria senyalar que en la polemica sobre l’identitat del valencià no existix el raonament cientific al que tant s’apela. Creure cegament en lo que alguns politics pseudofilolecs nos diuen sobre este assunt, per moltes voltes que ho repetixquen, mes que ciencia es un acte de fe.

I es que, en assunts de llengua, parlar de ciencia pot conduir a errors. Ya ho dia Miquel Adlert Noguerol, en el seu llibre En defensa de la llengua Valenciana, 1977, pps. 18 i 19). : “L’Idioma no es una qüestio cientifica en el sentit de ser un producte d’una ciencia, sino al reves: una ciencia – la filologica- es producte de la llengua...”

Me voy con Fernando Simón a Alicante

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación y Alertas y Emergencias Sanitarias, ha metido la pata hasta el fondo, aludiendo a que la cuarentena impuesta  por el Gobierno británico a quienes venga a España es un problema menos.

Me ofrezco a acompañarle a Alicante, y que vea la realidad de primera mano -yo conozco la provincia, parece que él no- en lo referente a los contagios existentes, que son mínimos. Que pise el terreno. Que conceda una rueda de prensa junto con Ana Barceló, la consellera valenciana de Sanidad, tras visitar Benidorm, Orihuela y Alicante, y vea los esfuerzos que han hecho los hoteleros para un turismo seguro, muy seguro.

Coloquios Voramar

El pasado lunes se celebró el primero de los tres coloquios que se celebrarán este verano en el hotel-restaurante Voramar, de Benicássim. Organizados por la Fundación Fomento Educación y Cultura de la Comunidad Valenciana, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad y otras entidades, buscan abordar cuestiones en torno a la familia y la educación, con entrada gratuita hasta completar el aforo de seguridad. La del lunes fue un éxito de asistencia y participación, pienso que correspondiendo al interés revitalizado por las difíciles circunstancias que nos envuelven a causa del coronavirus, que genera una mirada reforzada hacia la auténtica solución, que es la familia y la educación. Además, en un lugar como el Voramar, mirando al mar, parece que la reflexión serena se potencia, tratando cuestiones esenciales con afán constructivo y huyendo de la queja o de las conversaciones insustanciales como el calor, como lo confirmó el coloquio posterior a la ponencia.

El Misterio de Elche

El Misterio de Elche -conocido localmente como la Festa- es el modo en que se celebra la fiesta patronal de la Asunción de la Virgen durante los días 14 y 15 de agosto en la Iglesia Parroquial principal de la ciudad, la Basílica de Santa María, en una tradición prácticamente ininterrumpida desde el siglo XV.

Se desarrolla en dos partes: la primera, la tarde del día 14 de agosto, conocida como la “Vespra”, en la que se representa la muerte de María rodeada por los apóstoles y la subida del su alma al cielo. La segunda parte, que tiene lugar la tarde del día 15, “La Festa” se representa la Asunción de María en cuerpo y alma y su coronación.

El "MOSSARAP" i les caracteristiques DEL ROMANÇ VALENCIÀ PRELLITERARI (I)

Previament a entrar en el fondo del tema, pot ser interessant situar el significat de la paraula “mossarap”, sent que ha acabat sent polisemica. Procedent de l’arap “musta‘rab”, que vol dir arabissat, es gasta tant per a nomenar als cristians que vixqueren “sots senyoria de moros”, com per a nomenar la llengua romanç parlada fonamentalment per la poblacio autoctona (cristiana o islamisada).

Vegem com al parlar de “mossarap”, es mescla “poder”, “religio” i “llengua” en un coctel explosiu que ha donat frases, com la famosa “hábleme usted en cristiano”.

Per aixo es mes aclaridor dir “romanç valencià”, per a referir-nos a la llengua hereua del llati vulgar, que parlaven els valencians descendents dels iberorromans, anteriorment a la vinguda de Jaume I, independentment de que foren cristians o musulmans.

LOS SABIOS DE IRUÑA-VELEIA y el indefenso blavero

En el 2006, cerca de Vitoria, el arqueólogo vitoriano Zubillaga descubrió unas cerámicas que se remontaban hasta el siglo III. Las inscripciones en euskera y latín eran acompañadas de imágenes insólitas, como el Calvario. Con este hallazgo se adelantaba en más de 500 años la aparición del vasco como lengua escrita, con lo que las Glosas Emilianenses del s. X pasaban a ser anecdóticas; de igual modo que desterraba la hipótesis de la vasconización tardía. No voy a ocupar más espacio en la descripción de aquel hallazgo que asombró a filólogos, arqueólogos y demás sabios acabados en -logos.

Primers lexicografs DE LA LLENGUA VALENCIANA

El pronte floriment de la llengua i cultura valencianes va afavorir l’aparicio dels primers estudiosos del lexic valencià.

Anem a analisar quatre autors que destacaren en els sigles XV i XVI com lexicografs.

I. Un escritor valencià que mereix la nostra consideracio es el lexicolec i notari Joan Esteve, autor del primer diccionari impres en llengua romanica, Liber Elegantiarum(1), editat, sent Pontifex Inocenci III, en l’any 1489, encara que ya el tenia acabat en 1472.

En el “colofo” de l’obra, escrit en llati, l’autor resalta la seua consciencia idiomatica singular valenciana en fer constar: “Explicit liber elegantiarum Johannis Stephani, viri eruditissimi, civis Valentiani, regie auctoritate notarii publici, latina et valentiana lingua exactissima diligentia emendatus”.

De nuevo imprevisión ante el Covid-19

Una y otra vez recordamos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en el mismo sitio. Los animales aprenden; el hombre, ‘homo sapiens’, reitera sus tropiezos. Puede ser que sea debido a que nos consideramos superiores, y a la mínima, surge la autosuficiencia y recaemos en lo elemental: la razón puede jugar malas pasadas si no se es realista y humilde.

La lección unánime tras los duros meses de epidemia y los probablemente 45.000 fallecidos es que había que ser prudente, protegernos, especialmente los sectores con más riesgo previsible.

Meses atrás, las residencias de la tercera edad –y especialmente los trabajadores de esos centros, más que probables introductores del virus en las residencias– y el personal sanitario pagaron la imprevisión. Bien es cierto que hubo excepciones de previsión loable, pero el resultado fue el que fue.

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