LAS MARCAS
Luis Gil nunca ha sido un entusiasta de las marcas. En realidad, las ignora casi todas. No es consciente de que determinada marca de zapatos mole más que otra. Es suficiente con que los zapatos sean cómodos, ligeros y que tengan el color adecuado. Pueden ser marrones a lo largo del día, pero solo negros a partir de las cinco de la tarde.
Lo mismo le ocurre con las camisas. Las prefiere blancas, tradicionales, con botones en los puños para evitar el engorro de los gemelos, abrochadas hasta el cuello y la mayor parte del día con corbata que es como ha pasado casi toda su vida profesional.
Muchos de sus amigos no se visten más que con lanillas o tweed ingleses, pero a Luis le es indiferente la franela, la alpaca o el lino. Evita concienzudamente seguir la moda que un día le impondría solapas anchas hasta el límite de las hombreras con pantalones acampanados y al siguiente, todas las prendas deberían ir escurridas.