"EL CORPUS CHRISTI VALENCIANO"

La institución de la celebración del “Corpus Christi” se fundamentó en el milagro de la Hostia Sangrienta de Bolsena en el pontificado de Urbano IV (1251-1264). El “Corpus” conmemoraba el triunfo de la Eucaristía. La bula “Transiturus de hoc mundo”, expedida en 1264, reconocía el valor canónico definitivo e impulsó esta celebración en la Cristiandad. El culto a la Eucaristía se propagó rápidamente por las principales villas y ciudades de la Europa cristiana y creció el fervor popular en la Corona de Aragón. 

La exhibición de la Sagrada Hostia en una solemne procesión pronto se convirtió en un acto religioso-cívico suntuoso en poblaciones valencianas. En la ciudad de Valencia ya se celebró con anterioridad a 1326. Tres hechos milagrosos acontecieron en nuestras tierras, según recoge la tradición, que contribuyeron a la propagación de la devoción Eucarística: El Milagro de los Corporales de Luchente o Daroca, el Milagro de las Sagradas Formas de Alboraya o “Milacre dels Peixets” y el Milagro que tuvo lugar en la villa castellonense de Torreblanca cuando los piratas berberiscos robaron la arqueta con el Santísimo Sacramento y se organizó una expedición para rescatar las Formas en tierras africanas.

A partir del año 1355 abunda la documentación que confirma la fiesta de esta solemnidad con gran boato, como testimonian las fuentes archivísticas de los “Manuals de Consells”, los “Libres de Clavería Comuna”, la “Colecció de Letres Missives”, el “Libre de Certificacions”, “Libres Judiciaris”, “Libre de Actes”, etc., conjunto de fuentes documentales que se conservan en el Archivo Municipal de Valencia. Otros testimonios acreditan su celebración en diversas localidades valencianas.

La documentación refleja que los gremios y cofradías, hasta su extinción, fueron participantes habituales en la festividad del “Corpus”. Llevaban grupos de música, cantantes y danzas, y desfilaban con cirios que portaban cada uno, acompañando las monumentales imágenes de sus santos patrones. El Consell General de la Ciudad de Valencia aprobó en 1377 el orden del desfile en la procesión. Ésta partía de la Catedral y seguía un recorrido por las principales calles y plazas, -volta del Corpus- participando “los honorables Justicies e Jurats e prohomens de la Ciutat de Valencia”.

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La advocación del “Corpus” simbolizó un acto de adoración a la Eucaristía. En pocos años, numerosas poblaciones valencianas comenzaron a solemnizar fiesta. Morella ya la celebró en 1358 y contaba con la “Confraria del Santíssim Sacrament”. Del año 1333 son las “Ordinacions” de la Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo y la Vera Cruz de Xàtiva. En Orihuela está datada esta festividad en 1400. El papa Martín V concedió una bula, en 1428, que se conserva en el archivo de la Catedral de Orihuela, en la que se otorga el privilegio de aumentar las indulgencias dadas por Urbano IV a quienes participasen en la celebración del Corpus. En Castellón, el Libre de Consells constata que ya en 1409 se conmemoraba y en 1415 el Consell municipal encargó a una serie de personas todo lo relacionado con la procesión del “Corpus”. Segorbe, sede episcopal, tuvo una gran tradición en la celebración de esta festividad. En Alzira la documentación del Archivo Histórico Municipal registra los acuerdos y deliberaciones sobre la procesión del “Corpus” desde el siglo XV. Otras ciudades importantes valencianas como Burriana, Algemesí, Gandía, Elche y Alicante también realizaban actos religiosos para conmemorar el “Corpus Christi”. 

Se festejó la solemnidad con actos procesionales y manifestaciones populares. El fervor de los valencianos impulsó la realización de lujosas custodias, se representaron escenas bíblicas en las procesiones, se convocaron concursos poéticos, construyeron “roques” o carros triunfales y se danzaban bailes folclóricos, etc.

En celebraciones medievales, la víspera, los “jurats” de la ciudad de Valencia anunciaban, vestidos de gala y siguiendo el itinerario de la procesión, la celebración del Corpus, convidando “el capellà d’honor” a la ciudadanía a participar en los festejos. La conmemoración afectaba a todo el tejido social y a la vida cotidiana: se hacían correr toros ensogados por las calles, cesaban la actividad de los tribunales, de los “obradors”, etc., y algunos ciudadanos esperaban al alba, con gran júbilo, el inicio del día del Corpus.

La devoción eucarística del pueblo valenciano hace que esta festividad del Corpus Christi siga celebrándose con un esplendor inusitado en el siglo XXI, siendo la manifestación más exuberante y folclórica del calendario eclesiástico valenciano. La fastuosidad actual se la debemos al impulso infundido por la Asociación de los “Amics del Corpus”.

 

LAS PROVINCIAS. Opinión. Publicado el día de la Festividad del “Corpus Christi”, jueves 19 de junio de 2025, p. 35

Imagen 2: PARAULA

  • José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia, 
    Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de 
    Plata de la Ciudad de Valencia.