Un problema sin resolver: LA MENDICIDAD

La celebración de la festividad del día de la Verge, “Mare de Deu de Desamparats”, nos induce a hacer una reflexión.

Paseando por las calles de algunos barrios de Valencia observamos numerosos emigrantes y conciudadanos deambulando y mendigando. La imagen no dignifica a nuestra ciudad y no es una cuestión banal. Es incuestionable que se debe aplicar una política común dentro del marco de la Unión Europea para resolver el problema que genera la corriente migratoria de personas indocumentadas. Frecuentemente son noticia la arribada de pateras y la entrada en España de personas merced a la actuación de mafias desaprensivas. Los centros de acogida son insuficientes y se hacinan personas, sin controles sanitarios y con una situación económica muy precaria.

Podemos desbarra

Un colega y amigo, el burrianense Juan-Carlos Enrique, desde hace unos años director de Onda Cero en las Islas Baleares, ha escrito en un ‘tuit’ reciente: “Con la que le está cayendo a Amancio Ortega, yo recomiendo al próximo millonario que se plantee aportar algo de lo que gana honradamente a la sociedad, se lo gaste en una “güisquería” con los amigotes. Le saldrá más a cuenta. Asco de país, amigos”.

Estrategias soberanistas

La identidad y sustantividad de un territorio viene determinada por su proceso histórico. El historiador francés Jacques Maritain subrayó que cualquier desnaturalización histórica condiciona, de manera decisiva, la personalidad colectiva de un pueblo. A los independentistas catalanes les sugerimos que no falseen la Historia con adoctrinamientos, ni pretendan implantar el sentimiento soberanista con actos de violencia, ni impulsen la expansión de su quimérico y visionario proyecto cultural y político de los países catalanes. Con el control y el dirigismo en la tramitación de conocimientos y la tergiversación y manipulación de la Historia aspiran a hacer realidad su obsesivo proyecto.

Juicio de Residencia

Una persona normal; una persona corriente siente asco y repugnancia por la corrupción, sea ésta del tipo que fuere, venga de donde venga. Le incomoda el ladrón de guante blanco. Puede producirle vómitos y asco. Pero, en todo caso, la corrupción se combate con unos buenos principios éticos, con un buen sistema policial y con unos jueces profesionales e imparciales que apliquen unas leyes justas. Especialmente, de una manera general, con una prensa libre, vigilante e imparcial. Llegados a este punto, en mi opinión, en la situación en la que nos encontramos hay que darles matrícula de honor a nuestros jueces, a nuestros policías y a los periodistas que trabajan con un sano y objetivo criterio de la información.

Crisis de la cultura de la modernidad

Recibí la semana pasada el libro de ponencias del I Congreso Internacional de Historia y Monarquía: “El Reinado de Alfonso XIII y sus Relaciones Internacionales”, que tuvo lugar el 1 y 2 de Febrero de 2019 en los Reales Alcázares de Sevilla. Organizaron el Congreso, la Hermandad Nacional Monárquica de España junto con la Secretaria Nacional de Educación y Cultura y la Delegación Regional de Andalucía, Ceuta y Melilla. (Ha sido un regalo de mi amiga, coordinadora del congreso)

El titulo de la primera ponencia a cargo del Exmo. Sr. D. Jorge Fernández Díaz fue: “Alfonso XIII y la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús”, pero yo quisiera compartir parte del contenido de la ponencia a cargo de Dr. Javier Paredes Alonso, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá de Henares, pues creo dio en la diana sobre el origen de la actual crisis que padecemos, dando pistas sobre el camino hacia una buena solución. 

El Principio de Preferencia Europeo, en el Globalismo

LA SOLUCIÓN A NUESTRAS NARANJAS

Es legítimo y es el momento de que los ciudadanos se pregunten, en realidad, quien defiende sus derechos y sus intereses. Difuminada en el tiempo la dialéctica izquierda derecha, más allá de prejuicios más o menos arraigados, los partidos políticos aparecen, en realidad, ante el ciudadano, como meros gestores de fondos públicos, dominados por entidades supranacionales y grandes corporaciones que aglutinan en torno así la mayor concentración de riqueza conocida en la historia humana.

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