El presidente de Francia, Emmanuel Macron, tiene poco con haber promovido que la libertad de las mujeres para abortar esté recogida en la Constitución. En su más que sospechosa carrera por erigirse en líder mundial de “nuevos derechos”, o nueva configuración de la “libertad”, ha anunciado que prepara un proyecto de ley para legalizar la eutanasia, que quiere presentar en abril.
Francia, que consagró los principios de “libertad, igualdad y fraternidad” con la Revolución Francesa y que definen la vida democrática en general, es ahora la punta de ataque de una revolución, que no es una propuesta mayoritaria de la sociedad ni de los médicos, pero que se quiere extender a la humanidad desde Francia.