Opinión

FELIZ AÑO NUEVO

Hubiera querido estrenarme en 2024 con alguna buena noticia pero ya veo que como no recurra a posibles lluvias en nuestra región o a cómo crecen nuestros nietos, en lo que se refiere a la vida política, las buenas nuevas van a tardar en llegar.

El año ha empezado mal, muy mal. La derecha -habría que concretar más: Vox- ha metido ya un par de patas. La primera costó a Ortega Smith la amonestación en el parlamento del ayuntamiento madrileño. La noticia quedó incompleta porque nunca se supo qué dijo el diputado de Mas Madrid que provocara las iras de Ortega. En cualquier caso, la pérdida de control nunca es aceptable en público y en la vida política.

Cómo superar la crispación en 2024

En España vivimos tiempos convulsos, de crispación, eso es innegable. Buena parte de esa tensión, que se palpa en conversaciones y reuniones diversas, se debe a que tenemos un presidente el Gobierno, Pedro Sánchez, que todo lo supedita a gobernar él, y pasa por encima de principios, compromisos de ayer, y pacta con filoetarras, independentistas y comunistas lo que sea necesario. 

Pamplona pasa a manos de Bildu, las guerras de Rusia-Ucrania y Hamás-Israel… Parecen acumularse las causas de esa tensión.

Espíritu deportivo

He de reconocer que, al escribir esta primera columna de 2024 -¡y llevo ya 23 años haciéndolo en El Mundo-Castellón al Día, que me otorga la condición de ser el colaborador más antiguo en el periódico, con la honra que eso tiene y la obligación de no fallar!-, me asaltan muchos recuerdos de 2023 y deseos para este año que acabamos de empezar, casi en forma de cascada. Tiene sus ventajas y sus riesgos, porque hay que ordenar y seleccionar lo que hemos vivido y lo que uno espera para este año: hay de todo, lo importante es vivir el presente. Ni se vive de recuerdos ni se vive de proyectos: siempre manda la realidad del “hoy”, que exige esfuerzo: nada es gratis. 

TU PUEDES SER FELIZ, SIEMPRE

Sé que muchos creerán que resulta utópico el título de esta aportación personal porque, en todo caso, pensarán que sólo se puede ser feliz a ratos.

Hago esa afirmación porque ser feliz, solo depende de uno mismo.

Me propongo explicar desde mi humilde experiencia cómo se puede conseguir. Al terminar, ustedes pueden estimar si lo que digo es fantasía.

Tengan en cuenta que la utilidad de esta vivencia aparece cuando uno está listo para aprovecharla y tiene el terreno preparado. ¿Y cuándo se supone que alguien está dispuesto a advertir que se le enciende la “bombilla”? Pues cuando uno ya  se ha hartado de buscar el camino adecuado, o bien sufre profundamente abrumado un estado de desesperación. Ha tocado fondo. No puede más y necesita remedio urgentemente.

La clave consiste en primer lugar, en no permitir dar poder pernicioso a nuestra mente, y tampoco dárselo a nuestras emociones.

UN MENSAJE CON IDEAS

Es preocupante pensar que el mensaje navideño del Rey haya perdido este año cerca de 700.000 espectadores respecto al de 2022. Ello nada tiene que ver con el hecho de que el discurso de este año haya sido particularmente monográfico, poco navideño y quizá poco asequible al gran público.

Como es lógico, los eventuales espectadores no conocían de antemano el contenido del mensaje. Es probable que de haber sabido que este año Felipe VI iba a hablar exclusivamente sobre la Constitución, la audiencia hubiera sido aún menor ya que lo que gran parte de los españoles quería oír eran cuestiones como el paro, la vivienda, la sanidad, la violencia machista, el coste de la vida, la cesta de la compra, es decir asuntos que afectan a la mayoría de la población y en especial a la clase media baja, cuestiones todas ellas que el mensaje real mencionó solo de pasada.

Lo que busca Podemos atacando al Rey

Los políticos se pasan el día tramando, calculando, iniciando estrategias a ver cómo resultan. Y les pagamos para ello. Los políticos que gobiernan tienen algo más ocupado el tiempo, porque tienen que gobernar, así de sencillo: los que apoyan al Gobierno o están en la oposición juegan su constante y particular partida de ajedrez, que muchas veces no conocen ni tienen acceso los ciudadanos para saber lo que buscan.

En el periodismo de opinión –para diferenciarlo del de información– tenemos algunas referencias, estamos en mejores condiciones de contextualizar o entender lo que se mueve entre bastidores, sobre todo por parte de los políticos que no gobiernan. Pero tampoco resulta sencillo, porque la disparidad de informaciones y opiniones que nos llegan, a veces con el ruego de que no lo digamos o no atribuyamos esas declaraciones a ningún político ni partido, son un abigarrado conjunto variopinto y hasta contradictorio.

Luces navideñas

La Navidad es el mejor momento del año, al menos para mí y para muchos otros. El período que va desde Navidad hasta Reyes ofrece –además de días festivos y de descanso, que no es poca cosa– ocasiones variadas para reforzar lazos, reflexionar un poco en medio del ambiente festivo. Por eso, son días de luz, que no son espejismos respecto a la vida del resto del año, sino iluminación para ver de otra manera aspectos esenciales de nuestra vida, tales como la familia, las creencias o los amigos.

Indigestión política

Desde hace algunos años, España está generando más política de la que sus ciudadanos son capaces de digerir. Ello es especialmente visible desde que el 16 de noviembre Sánchez renovó su mandato al frente del gobierno español.

Nada que objetar si tal mandato lo hubiera alcanzado con el apoyo de partidos fiables que se esforzaran en lograr el progreso y bienestar del país dentro de un orden asimilable al existente en nuestro entorno. Todos sabemos que no es así y que una alianza que incluye al único partido comunista existente en cualquier gobierno de Europa, el único independentista del continente y el único, en modo alguno puede tranquilizar a la mayoría del país.

Cuesta abajo y sin frenos

Despenalizar el enaltecimiento del terrorismo es ahora el objetivo del PSOE con sus aliados de Gobierno, o mejor dicho de Des-Gobierno, por no llamarlo un descarrilamiento en toda regla. Por iniciativa de Sumar, para disimular un poco. ¡Lo justifican en la libertad de expresión! 

No se castigarán las injurias al Rey, a España, a las Comunidades Autónomas o a sus banderas e himnos. Tampoco se castigará a los que ofendan a una confesión religiosa, hagan escarnio de sus creencias o ceremonias o vejen públicamente a quienes la practican. Están pensando en ofender únicamente a una confesión religiosa, la católica, pero nadie se atreverá a ofender a otras. No sé, mera intuición, dicho con ironía.

Las redes sociales arden ante esta noticia, y es comprensible, porque sencillamente es indignante. Una vez más, el Estado de Derecho se va a resquebrajar en España, y todo porque Pedro Sánchez se vende continuamente para seguir cuatro años en la Moncloa. Penoso.

Clave navideña

Quiero felicitar la Navidad con estas líneas a todos los lectores, ¡feliz Navidad! Además de hacerlo, pienso que hacerlo sin quedarme en expresiones o palabras que repetimos en estos días puede ser útil, ofreciendo unas breves reflexiones de lo que considero una clave esencial en Navidad: la humildad. Con los años comprobamos su importancia: el poder de la humildad, la fuerza de la humildad, que se nombra poco.

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