Benicàssim es sinónimo de mar, naturaleza y calidad de vida. Nuestras playas, el Desert de les Palmes y nuestro entorno mediterráneo son parte esencial de nuestra identidad. Pero una amenaza silenciosa se cierne sobre ese patrimonio natural: los microplásticos, esas diminutas partículas que invaden los océanos, los ríos y hasta el aire que respiramos.
Un problema invisible pero real
Cada año, millones de fragmentos de plástico acaban en el mar, y una parte significativa termina en nuestras costas. No los vemos a simple vista, pero están ahí: en la arena, en el agua, en los peces que comemos. Estudios recientes han detectado microplásticos incluso en la sal marina y el agua potable. Su presencia no solo afecta a la fauna marina, sino también a nuestra salud y al equilibrio de los ecosistemas costeros. Los microplásticos proceden de la degradación de bolsas, envases, botellas, fibras sintéticas de la ropa o productos cosméticos. Y aunque el problema es global, la solución empieza en lo local. Cada municipio puede y debe actuar. Por eso, Benicàssim tiene ahora una oportunidad: aprobar un Plan de Actuación Municipal contra los Microplásticos, un compromiso real para reducir su generación, mejorar la gestión de residuos y fomentar un consumo más responsable.
Un plan con medidas concretas
El plan que propongo al Ayuntamiento de Benicàssim, a través de una propuesta de moción municipal que he entregado a los portavoces de los grupos políticos, por la vía del portal de quejas y sugerencias, para que la analicen y si encierra mejoras en la gestión, que la propongan al pleno para ser debatida y aprobada, si procede. La propuesta incluye tres ejes fundamentales: prevención, gestión y sensibilización. En primer lugar, se trata de reducir los plásticos de un solo uso, tal como establece la Directiva Europea 2019/904, que prohíbe productos como pajitas, bastoncillos o cubiertos de plástico. Benicàssim podría dar ejemplo, por ejemplo: eliminando los botellines de agua en los Plenos, y otros enseres de plástico que hasta la fecha se hayan podido utilizar en otro tipo de acontecimientos organizados y/o patrocinados por el ayuntamiento.
También se plantea implantar sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) para envases, fomentando que los ciudadanos devuelvan botellas o latas y reciban a cambio un incentivo económico (reducción del 50% de la tasa de basuras) o ecológico. Este sistema, ya implantado en otros países europeos, ha demostrado su eficacia para reducir la basura plástica.
Además, la moción propone mejorar la recogida selectiva y reforzar la capacidad de las estaciones depuradoras (EDAR) para filtrar microplásticos antes de que lleguen al mar. Esto es crucial en un municipio costero como el nuestro.
Pero ninguna estrategia será eficaz sin una ciudadanía consciente. Por eso, el plan prevé programas educativos en colegios y en la formación de adultos, talleres de consumo responsable, campañas de información y colaboración con las empresas locales para sustituir envases plásticos por materiales compostables o retornables.
De la sensibilización a la acción
Luchar contra los microplásticos no es una moda ecológica, sino una necesidad urgente. Los expertos advierten que, si no cambiamos nuestros hábitos, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Y no es una exageración: cada año se vierten más de 11 millones de toneladas de plástico al océano, y solo una mínima parte se recicla.
Benicàssim, como municipio turístico que vive de su entorno natural, no puede permanecer ajeno a esta realidad. La ciudadanía ya ha demostrado en muchas ocasiones su compromiso con el medio ambiente: limpiezas de playas, reciclaje, ahorro de agua… Ahora toca dar un paso más.
El Plan Municipal contra los Microplásticos sería una hoja de ruta para coordinar todos esos esfuerzos, acceder a subvenciones europeas y autonómicas —como las del Ministerio para la Transición Ecológica o el IVACE—, y convertir a Benicàssim en un referente mediterráneo de sostenibilidad y economía circular.
Un compromiso con nuestro futuro
La lucha contra los microplásticos es una lucha por el futuro de Benicàssim: por la salud de nuestro mar, por la calidad de vida de nuestros vecinos y por la imagen de un municipio moderno, responsable y comprometido con el cuidado y conservación de nuestro patrimonio natural.
No basta con limpiar las playas cada verano; hay que prevenir lo que contamina. No basta con reciclar más; hay que producir menos plástico. Y no basta con mirar al problema global; hay que actuar desde lo local.
Benicàssim puede —y debe— ser parte de la solución. Apostar por un plan municipal contra los microplásticos no es solo una medida ambiental: es una inversión en salud, en sostenibilidad y en el futuro de nuestras generaciones.
Porque cada pequeño gesto cuenta. Y cuando un municipio decide actuar, el cambio se multiplica.
Por un Benicàssim limpio, saludable, consciente y sin microplásticos. El momento es ahora.
Por Pepe Aymerich Miralles
Presidente “Anem Benicàssim, Vamos España”
Benicàssim, 11 de noviembre de 2025
Imagen: reciclamas.eu
