El abogado Tomás Moro: Un ejemplo para los juristas (incluídos los magistrados del TC)
1.- El londinense Sir Thomas More a sus cincuenta y siete años tenía todo lo que un hombre ambicioso pueda desear: buena posición económica, una familia estable, muchos y buenos amigos quienes se disputaban su amistad, merecido prestigio intelectual, escritor (ahí queda para la historia del pensamiento político su atrevido ensayo titulado La utopia), teólogo, jurista, publicista, íntima amistad y colaborador de Erasmo –otro intelectual a quién se rifaban todos los cenáculos intelectuales de Europa-, alumno -y administrador en el año 1524- de la prestigiosa Universidad de Oxford y de los más destacados centros universitarios ingleses, abogado con una honradez profesional a toda prueba, reconocida tanto por sus clientes como sus colegas oponentes en el foro, juez de lo civil –que diríamos ahora-, profesor universitario de derecho, etc. Esta brillante carrera profesional culminó cuando Enrique VIII le nombró canciller o primer ministro del Reino.