Casa de la Familia
El padre de un colega le echa en cara que en todas sus columnas toca deficiencias, ineficacia y, en definitiva, todo negativo. Es más: le pide que, por favor, alguna vez escriba sobre noticias o enfoques positivos que animen, pues ya la vida nos trae de todo, incluso alegrías. También es verdad que un periodismo dulzón no tiene sentido.
Este periodista escribe muy bien, en mi opinión. Es incisivo, ordenado, se documenta, en absoluto es superficial. Pero algo de razón tiene su padre, y nos puede pasar a muchos: lo negativo, la crítica, un cierto desdén hacia casi todo, como si estuviéramos casi por encima de todos, con cierta autosuficiencia.
Sobre todo en estas fechas navideñas y de Fin de Año, me he propuesto contribuir a la alegría y cierta ilusión. Los niños la tienen por los regalos que reciben, ahora esperando a los Reyes Magos: por cierto, me vienen muchos recuerdos del Rey Gaspar en 2006, en Castellón, algo imborrable, recuerdos compartidos solo con algunas personas.
